Al saber que venía al pequeño continente, tenía claro que debía salir a la caza de algún trabajo. Esta vez, contaba con una ventaja: ya sabía que con la música algo podía salir.
Hace 3 años me cubrió los costos de viajar por 19 países. En Escocia ganaba lo mismo trabajando seis horas en un negocio que tocando una hora en la calle... ¿Por qué no hacerlo en Dinamarca?
Así que esta vez me vine preparado con disfraz y todo....hasta ahora viene siendo mi forma de supervivencia, porque se está complicando un poco más de lo que pensaba para conseguir un trabajo fijo, porque están todos "en crisis" (?). En fin, Ma, Pa: Toco la gaita a la gorra en la calle.
El primer día, como suele ser siempre la primera vez, estaba medio tímido e inseguro, a la espectativa de lo que podía llegar a pasar. Extraordinaria recuadación: UNA hora - 50 Eur. Si iba a ser así, no necesitaba trabajar limpiando copas por no hablar el idioma. Mejor tocar una hora, aire libre, sin jefe, y sin horario. Pero semejante recaudaci¡on fue sólo la primera vez, ahora alcanza para cubrir gastos, pero tampoco para "tirar manteca al techo".
Cuando uno trabaja en la calle, conoce a todos los peculiares personajes que la habitan. Claro, que los sin-techo en Copenhague están así, porque prefieren tomarse el dinero que reciben del gobierno en lugar de utilizaro para pagarse un alquiler.
Ahora ya son todos mis amigos, el primer día se me acercó uno con un perro, lo sentó al lado, le dijo que se quede ahí y hostigaba a la gente que pasaba para que me deje algo. Claro que la gente se asustaba más de lo que contribuía. Intentaba abrazarme, me ofrecía comprarme una cerveza, cigarrillos. Todo en un inglés rústico, pero así y todo me llamaba la atención que hablaba inglés! Más tarde viene otro de sus "colegas" y me dicen:
-¿Cuánto dinero querés para venir a tocar para nosotros en la esquina?
Tengo que aceptar, que lo pensé. Pero, ¿cómo iba a cobrarles algo a los ciruja? Aclaro, que no les falta nada. Obviamente, no era redituable. Tampoco lo era estar tocando ahí y tenerlos bailando a mi alrededor, y poniendo en mi estuche la mitad de las cosas que había en el bazar de enfrente. Así que decidí moverme, previa devolución de los tuppers.
Ahora, en un nuevo lugar, observo que viene otro de los habitantes de la calle, aunque este no estaba seguro si lo era, pero pegaba en el palo, palo y adentro. Me pide que toque. Comienzo. Se posee por la música y baila sin parar. Terminé y se calmó. Impresionante todo lo que la música puede hacer!
Hay otro de los amigos que habla inglés perfecto, está vestido como un marinero: un saco con medallas y el típico sombrero triangular. Tiene un cochecito lleno de cosas, desde banderas hasta latas vacias. Claro, que está convencido de que es su barco. Es extraño porque me pide temas, conoce varios y dice que le gusta mucho. Es importante tener una buena relación con los muchachos, porque ante cualquier problema, ya los tengo de mi lado.
Así que acá ando, tocando la gaita tres veces por semana. Hasta ahora me encontré con una pareja de argentinos que reconocieron cuando tocaba La Marcha de San Lorenzo, uno de los nuevos hits de las calles de Copenhague.
El único inconveniente, es que ya comienza el otoño y no sé por cuánto tiempo voy a poder seguir tocando...pero mientras tanto...ahí estaré.
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6 comentarios:
:)
Te pusiste pantalones bolivianos por falta de Kilt o porque te gusta la facha que te trae?
jajaja bien Jaso, armando tu mafia intercontinental
Suerte
heh i would like to understand something but the pictures are niced also :)
Liina.
Jasooooo
Que bien escuhar de dinamarca y de vos man, muy buenas publicaciones!
El kilt estaba para planchar y entonces iba con los pantalones bolivianos para no pasar desapercibido!!
Queridooo me acabo de poner al dia con todas tus historias!! jaja me cague de risa con tus aventuras junto a MacAllister!
Tengo que reconocer que tu capacidad de supervivencia en la ciudad es increible!
Un abrazo grande jason!
SanT
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